10 mayo 2008

LA ETICA Y LAS PERSONAS

Etica Personal

Es la decisión que uno como individuo o como persona realiza para escoger la opción buena o la opción mala, de acuerdo a los valores y la formación de cada persona.
Codigo De Etica Personal
Igualdad Entre Personas

Toda persona tiene el derecho a ser tratada con equidad y con respeto, por el simple hecho de ser humano. Todo humano tiene sentimientos, metas, anhelos y formas de pensar; cualquier trato negativo o dañino en contra de este, puede reflejarse en su vida futura, en su trabajo y en sus relaciones, puede lastimar su autoestima, sus ideales y su cariño por los demás. Las personas no deben ser tratadas de forma disímil, sólo por que pertenezcan a grupos éticos distintos, razas, religiones, color o grupos sociales diferentes.
Valores como Estudiante

La educación es esencial para el ser humano. Desde que nace una persona, ésta comienza su proceso de aprendizaje, y acaba hasta el último segundo que tiene en vida. La formación de la persona habla mucho de sus experiencias, sus capacidades y de su calidad de persona intelectual.
En la actualidad existen dos teorías acerca del nivel de inteligencia que puede tener una persona, uno es el IQ (coeficiente intelectual, por sus siglas en inglés) y EQ (coeficiente emocional, igualmente por sus siglas en inglés). Menciono esto porqué es necesario comprender que además de los conocimientos que uno forma y adquiere, son necesarios pero existe un conjunto de experiencias, actitudes y aptitudes que uno aprende de la gente y de uno mismo, y que no se encuentran en los libros. Hoy en la actualidad es necesario saber afrontar problemas y ser conciente de que es necesario la auto superación día con día. Como estudiante uno tiene la obligación de esforzarse por el bien de uno mismo, y adquirir los conocimientos que serán necesarios para desempeñar de manera eficiente y adecuada nuestra profesión.
Valores Como Profesionista

El mismo debe se realizarse basado en la honestidad y en los valores morales y éticos, todo profesionista debe hacer uso de su profesión solo para fines y propósitos buenos.
En virtud de su profesión, el sujeto ocupa una situación que le confiere deberes y derechos especiales, como se verá:
  • La Vocación. La elección de la profesión debe ser completamente libre. Quien elige de acuerdo a su propia vocación tiene garantizada ya la mitad de su éxito en su trabajo.
  • Finalidad de la Profesión. La finalidad del trabajo profesional es el bien común. La capacitación que se requiere para ejercer este trabajo, está siempre orientada a un mejor rendimiento dentro de las actividades especializadas para el beneficio de la sociedad.
  • El Propio beneficio. Lo ideal es tomar en cuenta el agrado y utilidad de la profesión; y si no se insiste tanto en este aspecto, es porque todo el mundo se inclina por naturaleza a la consideración de su provecho personal, gracias a su profesión.
  • Capacidad profesional. Un profesional debe ofrecer una preparación especial en triple sentido: capacidad intelectual, capacidad moral y capacidad física.
Principios
  • Son reglas o normas de conducta que orientan la acción. Se trata de normas de carácter general, máximamente universales, como, por ejemplo: amar al prójimo, no mentir, respetar la vida, etc. Los principios morales también se llaman máximas o preceptos.
  • Los principios son declaraciones propias del ser humano, que apoyan su necesidad de desarrollo y felicidad, los principios son universales y se los puede apreciar en la mayoría de las doctrinas y religiones a lo largo de la historia de la humanidad.

Valores

Los valores son características morales positivas que toda persona posee, tales como la humildad, la piedad y el respeto; así como todo lo referente al género humano. El concepto de valores se trató, principalmente, en la antigua Grecia como algo general y sin divisiones, pero la especialización de los estudios en general ha creado diferentes tipos de valores, y han relacionado estos con diferentes disciplinas y ciencias. Es una entidad intrínseca y social al mismo tiempo.


Se denomina tener valores al respetar a los demás; asimismo los valores son un conjunto de ejemplos que la

sociedad establece para las personas en las relaciones sociales.

Su estudio corresponde a la Axiólogia, una rama de la filosofia, y de una forma aplicada pueden ocuparse otras ciencias como la sociología, la economía y la polìtica, realizándolo de maneras muy diferenciadas.


Los valores no existen en una sociedad con problemas de comunicación. Sus definiciones y contenidos han cambiado en el curso de la

Historia. Los valores son creencias de mayor rango, tienen una expresión de consenso social, y es un componente de la cultura, que incluye asimismo a los agnósticos con los movimientos de antivalores o bien por su sustitución por otro grupo de valores

Estos son algunos de los valores morales:

  • Espíritu crítico
  • Defensa de los intereses de clase
  • Libertad
  • Honestidad
  • Valentía
  • Veracidad
  • Humildad
  • Amor
  • Paz
  • Respeto
  • Responsabilidad
  • Tolerancia Social
  • Unidad
  • Ayuda
  • Amistad
  • Caridad
  • Fidelidad
  • Lealtad
  • Igualdad Social
  • Colaboración
  • Generosidad
  • Solidaridad
  • Comprensión
  • Calidad
  • Perseverancia

Teoría De Los Valores


En un artículo de esta naturaleza, el enfoque puede centrarse sobre los

valores morales, como se hizo hasta aquí. Pero no debemos desconocer ni dejar de lado, que en los orígenes de la teoría del valor, hacia fines del siglo XIX, el espectro de valores particulares ha sido considerado mucho más amplio. En general, allí se estima que es valioso, lo que, hablando de manera redundante, "vale". En este sentido, vale lo religioso, lo estético o bello, lo vital, lo útil, y como ya se abundó anteriormente, lo bueno y lo justo. Para estos teóricos finiseculares, cuadra el distingo entre "ser" y "valer". Las cosas son, y la belleza- digamos- no es, sino que vale. Por tal motivo, lo ontológico, o relativo al ser, camina de modo paralelo a lo axiológico, o relativo al valor. Los valores tienen, como en torno de lo ético quedó apuntado, polaridad.Son entidades, si así puede denominarse para comprender, que frecuentan el antagonismo de los contrarios. Lo sagrado se contrapone a loprofano. Lo bello a lo feo. Lo sano a lo enfermo. Lo útil a lo inútil o deleznable.Lo justo a lo injusto. Lo bueno a lo malo. Así, esta polaridad tiene su aspecto positivo y la contrapartida negativa. Además, en este contexto se habla de "escala de valores". No es lo mismo optar por lo "útil", desechando lo "bello",que la conducta contraria. Pareciera que todos estamos como predispuestos a sentir -y esta palabra tiene implicancias importantes- que un cuadro de Leonardo vale más que un artefacto técnico de nuestra época. Que la ayuda a los inocentes vale más que la ayuda a los malvados en consideración a que ello me resulta "útil". Y así podríamos seguir. Ahora bien. Se acaba de enfatizar sobre la palabra "sentir", y ello se debe a que en los formadores de la teoría, se planteó el modo de "captar" los valores. La intuición de los mismos, según lo declarará ya en el siglo XX, Scheler, es emocional. No intelectiva. Así ocurre con la captación individual de un valor, y también acaece con la distinción en la magnitud cotejada de los valores, que terminará estratificándose en una escala. Para este último filósofo, sentimos los valores con intuición emocional objetiva, del valor y de la escala correspondiente. Esta posición se opondrá de manera tajante a los que ya en el principio de la teorización hablaron de la subjetiva y algo arbitraria constitución del valor y de la escala de valores. Esta última postura conlleva,lógica e inevitablemente,a un declarado relativismo. Una imposibilidad de emitir juicios críticos valederos, y de toda actitud crítica en general, en virtud de la carencia de toda fundamentación. Agreguemos que, curiosamente, mucho después de formulado el objetivismo scheleriano, los neopositivistas entendieron, amarrados a su teoría de la verificación empírica de los juicios, que los juicios de valor no se pueden "demostrar" por la experiencia, y que, por lo mismo, se quedan en mera "expresión" del sujeto. En movimiento "centrípeto" de la subjetividad. Hacia mediados del siglo XX, Sartre, retrotrayéndose a Nietzsche y a la "muerte de Dios" dirá, desde su ateísmo y reiterando de alguna manera al filósofo de Zaratustra, que si Dios no existe, todo vale lo mismo,haciendo igualmente estimable cualquier conducta ética. Lo que, implícitamente, ponía en la existencia de lo divino el fundamento de los valores de todo tipo, especialmente de los morales, y de toda escala de los mismos. Acotemos a este respecto que, el autor de "Los hermanos Karamázov" y de "Crimen y castigo", ya había manifestado sobre este mismo tópico que "si Dios no existe, todo esta permitido". Como acontece en filosofía, estas noticias un tanto dispersas lo único que intentan es plantear la complejidad del problema. Acaso porque en esta disciplina predominan las preguntas e inquietudes, y no las respuestas firmes y convincentes. El campo está abierto, siempre, para una continua y renovada especulación.

Salud

La actualidad se encuentra signada por la idea general de que estamos en una época de transición.

Desde las vivencias cotidianas hasta en los ambientes académicos se registra un vago acuerdo sobre una ubicación transitoria en el contexto de una cultura de bisagra, o sea, entre una época que deberíamos dejar para ir hacia otro modo de existencia quizá más justo.

Un mundo con millones de seres humanos con hambre, guerras siempre injustas o injustificables, enfermedades endémicas, epidemias, exterminios, genocidios, en este panorama sólo edulcorado por los modos de ocultamiento que ejercen políticos, ideólogos o medios de comunicación, el médico debe tomar decisiones todos los días.

Por tanto, desde qué criterios actuar? Desde qué parámetros puede analizarse una temática en la vida diaria y para el profesional?

En este contexto, cabe la cuestión acerca de la vigencia de la pregunta por la ética, de su presencia necesaria en la práctica clínica de hoy.

Los médicos, de la misma manera que el resto de los mortales, necesitan contar con la sensación de poner los pies en suelo firme, para no sufrir la “liviandad del ser” –Kundera- especialmente cuando se trata de tomar decisiones sobre la vida de un semejante.

En nuestro momento histórico, se argumenta en forma falaz, cuando se opone verdad absoluta a relativismo moral, es decir, o valores eternos, más allá del tiempo, o el caos del vale todo.

Pero cómo tomar una posición en este sentido? Cómo ubicarse, cómo armar un punto de vista personal?

No se trata solamente de tener mucha información técnica, para responder a estas preguntas se necesita tener un criterio formado, para lo cual hay que aprender a pensar. Pensar es conocer las líneas de procedencia de nuestros valores y conceptos, pensar es analizar las fuerzas sociales, políticas, ideológicas, económicas, religiosas, que arman el entramado social en el cual se toman las decisiones.

La reflexión ética es un modo de pensamiento, no se trata de dirimir acerca del bien y del mal como entidades independientes de los seres humanos, la ética es una toma de posición que puede justificarse, es una concepción del mundo y de la vida.

Todo momento histórico está signado por determinados valores que constituyen su sentido epocal, no existe una época sin valores, la reflexión ética trata de encontrar aquellos valores que marcan nuestra vida, para poder desde allí encarar la acción profesional, en este caso, en el marco de la salud.

No se trata de un humanismo o pacifismo de meras palabras, ni siquiera de buenos sentimientos.

La ética de la salud implica rebelarse contra posiciones ideológicas engañosas, donde se pone en evidencia una posición subjetiva que se manifiesta en cada decisión que se toma.

A modo de ejemplo, se enumeran algunas de las preguntas que a diario se presentan: es el paciente un objeto de estudio o un semejante? Quién debe tomar las decisiones: el médico, el paciente, la familia? Hasta dónde se debe someter al paciente a determinadas terapias en nombre de una supuesta curación? Se puede probar medicación nueva con los pacientes? Hasta dónde prolongar una vida que agoniza? Se debe decir toda la verdad al paciente? Es válido el secreto médico?

Lo interesante para poner de relieve es que no contamos con una respuesta única para todas estas preguntas.

Pensar significa, entonces, poner en su contexto las cuestiones, analizar porqué funciona como problema cada temática, cada época está marcada por un cruce de ideas que constituye determinadas problemáticas. (Ver capítulo de Cultura y salud mental).

Las preguntas del párrafo anterior tienen sentido para nosotros en la medida que responden a nuestra conceptualización de la salud y la enfermedad, al avance de la tecnología, a la presión que ejercen los laboratorios para imponer sus productos, a la prolongación de la vida humana, al modo de vida en los centros urbanos, a la medicalización de la sociedad, al divorcio entre ciencia y sociedad, al control de los cuerpos ejercido desde los Estados, y muy fundamentalmente a lo poco o nada que vale la vida humana.

El médico, se ubica en la posición del que debe cuestionarse qué puede hacer con el padecimiento, cuando el sufrimiento es un dato que se presenta día a día.

El trastorno mental, ya no puede pensarse solamente como una enfermedad que requiere aislamiento para observación y tratamiento, además es necesario reflexionar y actuar sobre las patologías sociales, producidas por nuestro modo de vida (economía liberal de mercado, desempleo, exclusión, miseria).

El padecimiento psíquico impone a la reflexión ética la cuestión de que se reconozca al sufriente como un humano enfermo, y no como una especie de entidad que ha perdido sus referencias racionales, que se le han “desordenado” y que por eso ha perdido su condición de ser humano.

La pregunta ética para el médico es: mi paciente es un semejante? O más técnicamente: qué creo que es un sujeto?

Es decir, desde qué definición de ser humano se encara la clínica?

Se puede suponer que la locura es en el hombre la desaparición de su humanidad, entonces: el enfermo mental es un inhumano? Entonces debe ser tratado como todo lo inhumano: encierro o eliminación?

Detrás de este esquema funciona la idea de afirmar lo humano contra lo inhumano, o sea la razón contra la locura.

La ética propone considerar una definición positiva de la humanidad del hombre. El humano es un cuerpo biológico y es un modo de subjetivación que lo hace tener un proyecto, una necesidad de crear sentidos que den continuidad a un pasado, un presente y un futuro propio.

La locura es esa dimensión de la experiencia humana en la que esa subjetivación se bloquea momentáneamente. Esa desregulación, es una enfermedad que no arroja al sujeto a una condición de no humanidad.

La ética lleva a pensar al padecimiento psíquico como un proceso que impide este ser sujeto.Lo que resulta imperativo es conservar la idea de una posible subjetivación y al padecimiento psíquico como una contingencia en la vida de una persona.

Un planteo ético sostiene que el enfermo es ALGUIEN incluido en el conjunto de lo humano, pero que está provisionalmente separado de sus propias capacidades.

La ética de la salud, sólo puede suponer la igualdad de las personas en términos de posibilidad de subjetivación, lo no ético será la idea del loco definitivo, incurable, proscripto para siempre de su ser social.

La enfermedad es sólo una situación, lo ético es sostener que el enfermo no pierde su condición de ser humano.

No hay comentarios: